Hoy termina abril, el denominado “Mes del Libro” por muchas instituciones que decidieron conmemorarlo de diversas formas; descuentos por aquí, regalos por allá, conferencias, conversatorios, ferias del libro, etc. Sin embargo, esta celebración pasó completamente inadvertida en la mayoría de liceos y colegios de nuestro país, hecho que no dejó indiferente a Constanza, quien a sus quince años decidió expresar su molestia de manera muy especial.
A pesar de que hace ocho años la UNESCO proclamó al 23 de abril como el Día Internacional de la Lectura y el Derecho de Autor, esta fecha todavía no llega a la mayoría de las salas de clases ya que hay varios establecimientos educacionales que no han incluido al 23 de abril dentro de las efemérides importantes del mes.
Esto se suma a lo que todos sabemos: poco se hace para popularizar realmente este día, y eso es reflejo de lo alejados que estamos de los libros, ya sea por el difícil acceso a ellos (altos precios) o porque todavía no existe una coordinación entre Estado y privados que mueva la lectura a todos los rincones de nuestro país. Aún así, no todos se han quedado de brazos cruzados ante esta situación.
Constanza, una alumna de quince años del Colegio Gerónimo Rendic de La Serena, hizo de su indignación un acto de protesta y pegó en diversos lugares de su establecimiento citas plastificadas de diferentes autores, llamando la atención de toda la comunidad estudiantil. Algunos fotografiaban las frases que más les gustaron, otros las pegaron sobre sus uniformes.
En el colegio de Constanza no se celebró el Día del Libro, por lo que decidió realizar la intervención que acercó a autores como Benedetti y Cortázar a los alumnos, pero que por otro lado cuestionó el por qué la celebración de ciertas fechas como el Día del Carabinero o el 21 de mayo están por sobre otras. La intervención de Constanza fue reprendida públicamente en el patio de su establecimiento mientras el inspector despegaba y rompía las citas, aunque luego se le pidieron disculpas de forma privada.
Es válido cuestionar si el colegio, liceo o escuela a la que asistimos representa, de una u otra forma, nuestros valores e intereses y si eso no fuera así, acciones como la de Constanza deberían ser destacadas e imitadas por todos los que creemos tener algo que decir.