Nadie puede negar que este temita sea un clásico de ayer, de hoy y de mañana. Lugar en el que cuento mi historia, hay personas que pasaron por lo mismo, lo que no deja de aportarle una cuota de risa a toda la rabia e impotencia que uno siente en el momento en que nos enteramos que entre la pareja y la(el) mejor amiga(o) pasó algo.
Resulta que siempre se gustaron pero ella, muy complicada, nunca me lo quiso contar porque le daba pena. A él, en cambio, le empezó a gustar la Nico tiempo después que empezamos a pololear. Y una, como siempre, al medio sin entender nada. Una jurando de guata que el hueón está super comprometido. Casi al mismo tiempo en que yo empecé con el Seba, ella empezó a salir con un amigo de él. Íbamos los cuatro en el mismo curso, casi como si todo calzara perfecto para que fuéramos el grupito de amigos/pololos más envidiado del colegio.
Yo estaba muy feliz por haber encontrado un tipo al que le gustara conversar mil horas por teléfono, por chat o por donde sea. Nos dedicábamos canciones, carreteábamos, nos reíamos, me estaba enganchando bacán. Todo iba como avión hasta que empecé notar rara a la Nico, pero pensé que quizás era porque tenía problemas con el David, nunca imaginé la tortita que me caería después.
Luego de 6 meses muy rosados, un día me llama el Seba (el pololo infiel) y me dice que nos juntemos. Se podría decir que ese fue el clímax de la historia, nunca voy a olvidar ese maldito día en el que yo intuía que iba en una misión kamikaze a que me dijeran que se gustaban, que no pudieron evitarlo y que los perdonara pero querían estar juntos. Fue un caos emocional, de esos que ni un cigarro ni un llanto ni nada pueden calmar. Yo no sabía cómo iba a ir al colegio el lunes siguiente, cómo me iba a aguantar las ganas de gritarle a ella y las ganas de patearlo en el suelo a él. Sólo quería que desaparecieran de mi vida.
Sin embargo, bastó un par de meses de luto y de “despecho” desenfrenado para que las cosas pasaran, ya que el Seba se cambió de colegio y todo terminó entre ellos porque sí, se pusieron a “andar” los muy caras de raja. Pero la Nico se quedó, y con ella nuestra relación de más de 3 años de amistad jamás volvió a ser la misma. Al tiempo, igual la perdoné pero el rencor creo que nunca se me pasó del todo… ¿Cómo la gente puede ser capaz? ¿Hay emociones que simplemente no se pueden controlar?