Quizás muchas veces te ha gustado más de una persona a la vez, ¿pero te imaginas tener una relación sentimental con esas dos personas al mismo tiempo? Esto es posible en el Poliamor, una tendencia que ha agarrado vuelo en algunas partes del mundo. Pero no se trata de simple poligamia o poliandria.
Lo que distingue al poliamor es una serie de principios quizás difíciles de entender para muchos. En primer lugar, los implicados deben establecer vínculos honestos con sus parejas. Por mutuo acuerdo, el establecer relaciones con otros no implica engaño o traición.
Por otro lado, es importante la comunicación y negociación. No hay un reglamento rígido que todos deben seguir, pero sí es fundamental mantener un diálogo abierto y honesto con las parejas.
Pero uno de los principios más característico es la “compersión”, o la capacidad que tenemos de sentir felicidad por la felicidad del otro. En el caso del poliamor, esto se vería aplicado a no sentir celos y a aceptar que la pareja pueda amar a alguien más, dejando de lado la posesión.
Así como hay muchos adherentes de esta postura que consideran que muchos problemas se evitarían con estos principios, también hay quienes lo cuestionan. "Se puede querer a dos personas a la vez, pero no se puede estar enamorado de dos personas a la vez. El enamoramiento, esa fuerza arrebatadora que modifica el orden vital, es absolutamente exclusivo, sólo cabe estar enamorado de uno" dice, por ejemplo, Pilar Varela, profesora de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y autora de "Público amor puro y duro".
Mientras que para Paloma Carrasco, psicóloga del Hospital Quirón de Sevilla, sí se puede sentir atracción por varias personas a la vez, pero no amor: "Generalmente, detrás de una situación amorosa de este tipo (que en la mayoría de los casos se experimentará como crisis personal y provocará sufrimiento) se esconderá una importante inmadurez afectiva".
Pero el “Poliamor” tampoco es algo nuevo. Mientras los hippies vivían bajos los preceptos de “amor libre” en los sesenta, a lo largo de la historia han sido muchas las parejas que han decidido flexibilizar su contrato amoroso. Quizás una de las más famosas sea la dupla formada por la feminista y filósofa Simone de Beavouir y el filósofo Jean Paul Sartre.
Si bien los filósofos franceses no se rigieron explícitamente por los principios del Poliamor, sí crearon sus propias reglas, que incluían relaciones sentimentales con otras personas. En palabras de Sartre: “entre nosotros se trata de un amor necesario, pero conviene que también conozcamos amores contingentes." Como sea, lo importante es que las partes estén de acuerdo y no le cause daño a nadie, aunque se debe reconocer que el peso de la cultura es fuerte. Por otro lado, algunos creen que la monogamia no es natural, mientras que otros consideran que es inmaduro no decidirse por una sola persona. Lo interesante es saber que hay otras formas de relacionarse y rescatar lo que nos hace sentido.
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