Esta historia no me pasó directamente a mí (GRACIAS A DIOS). Pero indirectamente igual me la sufrí porque le pasó a mi mejor amiga y me metieron a mí en la mitad del problema.
Estábamos en 3ero medio y mi mejor amiga conoció al que le iba a llenar la vida de problemas más adelante. Era verano y yo me iba a juntar con mi pololo de la época en la playa. Pero en vez de ir directamente al lugar donde él y sus amigos estaban, nos desviamos primero a encontrarnos con una amiga que estaba con amigos de ella. Bueno, cuento corto y para no aburrir con lo que pasó entremedio, por haber pasado a ver a ésta amiga, mi mejor amiga conoció al hombre que pronto iba a ser su pololo y a mí me patearon por ser poco apañadora y no salir con él nunca (claramente ahora me doy cuenta que fueron puras excusas).
No pasó mucho tiempo después de haberse conocido para ponerse a pololear. Todo iba bien hasta que fui a la casa de mi amiga y me encontré con que él ya tenía un cajón con un par de boxers, un par de calcetines y poleras en la pieza de ella.
Yo, como buena amiga le advertí que en realidad eso no era muy bueno, que para ser tan chicos y tan poco tiempo no era normal que casi convivieran en la misma casa. A lo que ella me respondió algo así como: “Si, él es un poquito posesivo y agobiante, pero no le quiero decir nada, porque llevamos muy poco tiempo y se puede enojar”.
Error número uno.
Claro, todo mi discurso de que había que rayarle la cancha, mostrarle algunos límites y conversar con él, se fue obviamente a las pailas.
Obviamente, cuando ella se empezó a sentir agobiada por él, no sólo porque no la dejaba sola, sino que porque cuando la iba a dejar a su casa esperaba a que lo llamara para decirle que ya estaba adentro, buscaba por Facebook a todos y cada uno de los amigos que ella tenía y no dejaba que ningún hombre (ni siquiera su hermano) se acercara mucho a ella, le dije que conversara con él.
A lo que ella me respondió: “Es que no me va a entender, así que no saco nada con decirle”
Error número dos: la negación y falta de comunicación.
Finalmente como ustedes ya podrán adivinar, pololear con un hombre así de psicótico hizo que la relación llegara a un fin catastrófico. Pero nada de esto hubiese dejado claro cuáles eran sus límites (comunicación) y tener claro lo que está sucediendo con él.
Imagen CC Sol Robayo