Hace días se conoció el testimonio de una chica australiana que se había convertido en una estrella de Instagram y que develó la triste verdad detrás de sus aplaudidas fotos: todas esas espectaculares imágenes, que contaban con miles de likes, eran un montaje para reproducir el (falso) ideal de vida que las personas tienen.
Un estudio de la Universidad de Michigan realizado a 154 estudiantes del plantel descubrió que las redes sociales que usamos todos los días no son inofensivas, sino que inducen diferentes estados del ánimo.
La investigación concluyó que Snapchat, la aplicación para compartir fotos y videos, es la que genera más emociones positivas, solo superada por la interacción cara a cara. En el otro extremo, Facebook, la red social que esta semana alcanzó su récord de 1500 millones de usuarios, es la que más deprime a las personas.
Según los investigadores, esto podría deberse a que Snapchat es mayormente utilizado para compartir breves momentos de alegría que se eliminan segundos después. Esta fugacidad de los mensajes podría provocar que los usuarios se sientan menos atados a esa plataforma, a diferencia de Facebook, que requiere un nivel de implicación personal mucho mayor.