El repaso de los contenidos, vistos en clase, es fundamental para que el desempeño académico sea exitoso. Es por eso que, por lo general, quienes obtienen buenas notas dedican tiempo a la lectura de la materia. Sin embargo, existen ocasiones en las cuales por más que nos esforcemos en estudiar, pareciera que no estamos logrando los objetivos esperados. Cuando esto sucede, es necesario optimizar las técnicas de estudio y detectar cuál es el inconveniente que está obstaculizando el aprendizaje. Si necesitas aprovechar el tiempo y generar métodos de estudio asertivos, entonces considera estos consejos:
Utilizar la práctica como un método de estudio
Una técnica efectiva para estudiar, al mismo tiempo que pones a prueba el conocimiento adquirido, es realizar guías, ejercicios y pruebas de ensayo. De esa manera, no sólo prácticas lo aprendido realizando una acción, sino que también internalizas los contenidos.
Estudiar en grupo
Una forma dinámica de repasar la materia y resolver dudas, es estudiando en grupo. De esta forma, el aprendizaje se genera de manera dinámica y puede ser complementado con todo aquello que el resto de los miembros sabe. Además, se genera una instancia de ayuda mutua, respecto a temas que no sean manejados por todo el grupo, en donde aquellos que sepan más, pueden ayudar a sus compañeros.
Administración efectiva del tiempo
Más que estudiar por horas, lo importantes que el aprendizaje sea efectivo. Para ello, organiza sesiones de estudio de 25 minutos máximo, ya que según lo que postula el método de administración del tiempo llamado Pomodoro, después de ese rango de minutos , el cerebro experimenta una considerable baja de concentración.
Usar técnicas de lectura
Existen las llamadas técnicas ágiles de lectura, las cuales ayudan a comprender adecuadamente lo que se está leyendo, así como también optimizar el tiempo. Algunas de ellas son el skimming (leer rápido sin detenerse) y scanning (escaneo), de las cuales ambas permiten hacer más efectivo el proceso de lectura. Skimming plantea que las pausas que hacemos, para separar cada palabra cuando leemos, nos hace perder mucho tiempo y por ello, debemos entrenar al cerebro para que (paulatinamente) se adapte a realizar cada vez menos pausas entre términos. Por su parte, scanning, es buscar dentro de la página que se lee (ágilmente) palabras, frases y oraciones que realmente sean relevantes para la comprensión del texto.
Verbaliza
Puede que te parezca innecesario, pero decir en voz alta los conocimientos que estás repasando, te ayudará a incorporar de mejor manera este aprendizaje y sin necesidad de tener que memorizar. Sin embargo, no se trata de repetir mecánicamente la materia, sino de intentar explicarla desde tu comprensión y de ese modo, podrás saber si entendiste adecuadamente lo repasado. Repite en voz alta y con tus palabras (para ti mismo) y si estás con alguien de tu familia, o un compañero de curso, pídele que escuche lo que estás diciendo.
Memorizar no es la clave
A diferencia de lo que se pueda pensar, el memorizar no es una buena técnica de estudio. Lo anterior, debido a que este tipo de información puede ser olvidada con facilidad, porque fue incorporada a la memoria de manera mecánica. Además, el memorizar un concepto, definición o fórmula, no garantiza que realmente estés aprendiendo y ello producirá problemas a futuro, sobre todo cuando los contenidos vistos en clases sean más complejos.
Descaso adecuado
Puede que seas de esas personas que no necesitan dormir demasiado para funcionar, pero cuando se trata del estudio, el descanso adecuado pasa a ser obligatorio. Si duermes el tiempo suficiente, tu cerebro funcionará de manera ágil y eficiente, por lo cual no deberás estudiar largos ratos para que el aprendizaje sea efectivo. Por el contrario, si estás cansado y has dormido poco, tendrás que repasar varias veces la materia para lograr entenderla.
Poder de síntesis
Cuando se trata de estudiar, debes aprender a diferenciar aquello que es importante de lo que no te servirá de mucho. Por eso, para optimizar el tiempo, estudia sólo aquella materia y datos que son relevantes, no todos los apuntes que tienes en tu cuaderno. Paralelamente puedes hacer un resumen de la materia que no sólo te servirá para más adelante repasar lo más relevante, sino que también (aunque no lo creas) mientras sintetizas la materia, también estás estudiando.
De lo complejo a lo simple
Otra recomendación, que suele hacerse respecto al repaso de materia, es partir estudiando aquello que es más complejo de entender para el estudiante, para luego continuar con el contenido más simple. Esta sugerencia tiene que ver con que el cerebro, a medida que pasa los minutos, va perdiendo paulatinamente su poder de concentración y por ello se debe dejar lo más simple para el final, para que la materia se vaya haciendo más fácil de entender.
Planificar el estudio
Un error frecuente que cometemos la mayoría, cuando se trata de estudiar, tiene que ver con no generar con antelación un plan de estudio. Sólo tomamos el cuaderno y comenzamos a leer, pero de esa manera no optimizamos el tiempo. Lo ideal es crear un esquema, en donde organices previamente la materia que vas a estudiar (considerando que no es necesario repasar toda la materia) según relevancia y su relación entre sí.
Más que seguir al pie de la letra todas las recomendaciones hechas, lo importante es que encuentres aquellas que mejor se adapten a tus tiempos y también a la forma en que aprendes, considerando lugares de estudio, las horas de tiempo que le dedicas, si realizas repasos solo u acompañado, entre otros datos a considerar.