Los últimos años de colegio son muchas veces los que más disfrutamos. La gira de estudios, la gala y las fiestas son los momentos que siempre se recordarán. Sin embargo, estar en tercero o cuarto medio también significa tener más responsabilidades, especialmente en relación a nuestro futuro.
Aparte de preparar la PSU, hay que decidir que se va a estudiar y comienzan los problemas cuando los padres no comparten tu gusto por esa carrera de ensueño. Aunque decidir qué profesional ser es difícil, no significa que por eso se entrará en guerra con la familia. Es más, hay muchos caminos alternativos para que queden todos contentos. Aunque a veces nos cueste verlo o más aún, reconocerlo, nuestros papás siempre velarán por nuestro bienestar. Por eso, cuando te den consejos, no estalles inmediatamente y por muy difícil que sea, escúchalos. Quizás jamás terminarás estudiando lo que ellos quieren, pero los dejará más tranquilos saber que entiendes lo que desean para ti. Para evitar conflictos que sabes que pasarán, no seas intransigente y si por ningún motivo quieres cursar lo que ellos te plantean, averigua sobre carreras que te resulten entretenidas y que tengan buen campo laboral y alta remuneración. “Quiero estudiar sociología, mis viejos no se oponen pero prefieren que estudie alguna ingeniería por el tema de lo que voy a ganar”, explica Francisco Figueroa, quien actualmente cursa tercero medio.
En el caso de que desees estudiar una carrera artística, que generalmente son las que más reproches reciben de los padres, tienes las opción de buscas talleres complementarios y gratuitos, paralelos a tus estudios.
Por otra parte, ten cuidado con elegir algo de lo que quizás te puedas arrepentir. “Cuando le comenté a mis viejos que quería estudiar Derecho, estaban felices, pero di la PSU y no me alcanzó por lo que me metí a Bachillerato. Al matricularme, mi mamá me llamó enojada diciendo que estaba arruinando mi futuro, pero mi papá me apoyó. Ahí descubrí que no me gustaban las leyes y terminé estudiando Periodismo. La carrera no me agradó pero no me cambié porque mis papás no me pagarían otra cosa”, comenta Jenniffer Cadamuro.
Cuando ya tengas hartas opciones que mezclen lo que tú quieres y lo que ellos desean, habla con tus padres. Explícales que no quieres estudiar lo que te dictan, que estás consciente de tu futuro y que por eso averiguaste de carreras que te atraen y que asegurarán un buen pasar cuando salgas de la universidad. Si conversas con ellos demostrando madurez, seguridad y buenos argumentos, no tendrán cómo oponerse.
Siempre es bueno estar al tanto de todas las carreras existentes, las universidades que las imparten, las opciones para costearlas y cómo es el campo laboral. Si puedes hablar con conocidos que hayan cursado por las carreras que te interesan, pídeles su opinión. Por último, participa en todas las ferias estudiantiles y pregunta mucho, por todos lados, facultades, preuniversitarios, etc. Quizás, existe una carrera ideal para ti que todavía no conoces.
Y tú, ¿ya tienes claro qué vas a estudiar?