Ser el mejor del curso, es una meta que muchos nos hemos propuesto en nuestras vidas escolares. Y eso está bien, estudiar para ser mejor no tiene nada de malo, al contrario, es un reconocimiento a tu esfuerzo.
¿Pero han notado que hay gente que se obsesiona con esto?, osea... una obsesión casi preocupante, que estudian sin parar, que nunca quieren compartir sus apuntes, compañeros que son capaces de llorar si se sacaron un una nota bajo el 6,0 porque les jode el promedio, o que incluso son capaces de hacer zancadillas a los demás, con el fin de lograr su propósito.
Siempre he pensado que esto se produce, principalmente, por 3 razones:
-Presión familiar: Típico que la familia es matea, por ende se espera que este personaje este a la altura de su núcleo, y cualquier cosa por debajo de un 6,0 es un fracaso rotundo que le valdrá la desaprobación de sus padres.
Por otra parte, está el caso contrario venir de una familia humilde o de un barrio de clase media e intentar salir de ese mundo a base de estudios, con el fin de estudiar algo que te deje plata y poder ayudar a tu familia, ahí existe otra presión interna, que si bien es buena, te puede llevar a un desgaste físico y mental. ¡CUIDADO!.
-¡PSU!, y entrar a una buena universidad: Si tus notas son buenas, podrás tener más posibilidades de sacar un mejor puntaje en la PSU, entrar a la carrera y la universidad que tú quieras. Esa meta es noble… pero cuidado con obsesionarse. No hay que sobreexigirse.
-Ser el mejor: Hay gente que está obsesionada con la perfección, y tienen que ser buenos en todo o sino, creen que serán fracasados… si, hay un cierto miedo a fallar, y de hecho hay una enfermedad/patología que se llama intolerancia al fracaso, que cada día afecta a harta gente. Aparte, está el tema del ego y de demostrar que uno es superior al resto.
Yo tenía una compañera que estaba empeñada en ser la mejor en todo, y cuando digo todo es TODO, desde las notas hasta la vida social (popularidad). No había nada de malo con ella, la mayoría del tiempo era simpática, pero muchas veces explotaba cuando las cosas no salían como ella quería. Una vez, insultó a un profe porque se sacó un 5,9, fue cuático, y luego se puso a llorar desconsoladamente.
Sé que sonaré malo, pero verla derrumbarse fue bueno. No por un tema de humillación, sino que con esa experiencia aprendió una lección que mucha gente no quiere aceptar o lo descubren cuando son más adultos, siempre hay posibilidades de fracaso y a veces, no importa que tanto te esfuerces, puedes fallar y hay que lidiar con eso. Aquí es cuando uno debe sacar lo mejor que tiene, para recuperarse y hacerlo mejor la próxima vez, esa es la otra lección que deja esta situación. ¡Y recuerda reír!
Para terminar y redondear, está bien querer ser el mejor del curso, superarse y tener metas a futuros, pero que no se convierta en una obsesión (ninguna obsesión es buena). Conoce tus límites y no te sobreesfuerces, ten momentos de relajos y momentos para estudiar. Si encuentras el equilibrio, serás mejor estudiante y persona, que el compañero que sólo busca ser el número uno.
¿Consideras que tienes una obsesión con ser el mejor del curso?, ¿conoces a un compañero así?
Imagen CC vía Hackny