Para algunos la caligrafía es un escollo duro de roer, para otros más diestros, una forma alternativa de depurar una técnica casi perfecta. Estos son los 5 estilos que mejor representan aquel el espectro entre estos opuestos; entre aquellos que hacen de la ortografía, la redacción, el neologismo, un arte envidiable y aquellos que simplemente se ven obligados a esperar la materia de un tercero, para pasarla en limpio.
1.- El escriba.
Personaje amado y envidiado por todos en el curso por demostrar una habilidad de copista sin igual. Este personaje suele marcar (y remarcar) cada letra, cada tilde, cada punto, dando al texto un aspecto de papiro antiguo, al mejor estilo egipcio. Sus rollos del mar muerto son requeridos –sobre todo antes de una prueba- por todas y cada uno de los flojos que se dedicaron a comer, y/o reírse entre clases, y/o tirarle pedazos de naranja en la oreja al amigo del frente –o sea, aquellos que no pescaron en ningún momento la clase y no escucharon nada de lo que dijo el aburrido profesor (para mayor información pinchar aquí).
2.- El doctor.
Su mente va tan por sobre la velocidad de sus capacidades motoras dactilares que suele terminar escribiendo una serie de mamarrachos sin pies ni cabeza. Imposible leerlos. IMPOSIBLE. Proeza sólo lograda por los mismos culpables de tal adefesio –hasta ellos mismos suelen quedar perplejos ante su extraña e indescifrable letra. Sus recetas médicas consisten en una serie de eses y eles mal hechas, puestas en fila que –según ellos- pertenecen a la lengua castellana. Jamás les pidas un apunte.
3.- El grafitero y/o artista frustrado.
Su déficit atencional no tiene parangón. Si el resto de la clase escucha, este personaje optará por perderse en sus propios y amplios pensamientos creativos. Junto a su escueto resumen, comenzará una profunda búsqueda estética refundacional de los nuevos paradigmas del arte, odisea que lo llevará a la creación de dibujos dignos del mejor Picasso, o Dalí. Rostros femeninos, calaveras llameantes, motocicletas y autos deportivos son la especialidad de la casa, una suerte de mezcolanza entre ochentera y metalera sin par –diseños de Metallica, o Pantera, son recurrentes.
4.- El decaído/depresivo.
Simplemente, este no durmió la noche anterior. No importa si se quedó jugando al Counter Strike, o se quedó viendo TV hasta altas horas de la madrugada, o simplemente su sueño lo mató después de almuerzo. A ellos se les puede reconocer como manía puntual: la costumbre de, lentamente, escribir –y sin que el mismo se dé cuenta- de manera descendente, a medida que copia y copia las frases dictadas. Posibles causas de su insistencia por ceder al tedio, y llegar a irrespetar las líneas guías del cuaderno, pueden ser el no saber sentarse, acción que lo obliga a empinar el brazo de tal forma que termina perdiendo la dirección lógica de la hoja.
5.- El mono a la moda.
Este seudo spanglish hipster a la moda, se desliga del resto por acortar todas las palabras habidas y por haber. El Q (en vez de que) el signo + (en vez de más) son algunos ejemplos claros de su pretensión estilística exagerada. Aunque al momento de leerlos se hagan tediosas tales manías -a diferencia de algunos otros seres, analizados en el presente estudio- este sí puede llegar a ser entendido, pero jamás comprendido. El problema surge al no ver explicación lógica a su insistencia por exprimir de tal forma las palabras que terminan perdiendo todo sentido.
¿Conoces a algún personaje parecido en tu curso?
Imagen CC Erin Kohlenberg