Mi colegio era un poco raro. Partamos diciendo que era un liceo francés cristiano, ¿qué quiere decir eso?, que aprendíamos francés con la gracia del señor. Como todos los liceos, tenía actividades extracurriculares para los alumnos, pero habían 3 que me llamaron la atención mientras estudié ahí, ¿cuáles eran?, aquí te las cuento:
Taller de modelaje: Amiga, imagínese que le dicen que en su colegio impartirán clases de modelaje como parte de sus actividades extracurriculares, ¿suena bien o no?, o sea te van a enseñar a ser modelo, podrás cumplir un sueño de estar en una pasarela, conocer un poco de que se trata y quizás considerar este tu primer paso para entrar al mundo de la alta costura. Nada más alejado de la realidad, el nombre era una estafa, en realidad era un taller para aprender BUENOS MODALES. Muchas compañeras cayeron redonditas y estuvieron un año aprendiendo como sentarse en una mesa, que cubiertos utilizar para cada comida y cómo responder con gracia a las demás personas, entre otras cosas. Supongo que igual está bien…
Danza hebrea: Como dije antes, mi colegio es cristiano, por ende habían talleres relacionados a la religión, pero uno que destaca era el de danza hebrea. Más que nada por el nombre y porque lo encontrábamos raro.
Se inscribían puras mujeres y siempre las veías ensayando en las tardes, en los actos actuaban y de verdad que lo hacían bien, de hecho. Se notaba que había una preparación y había una clara diferencia entre la danza hebrea y otros tipos de baile, así que era notable si querías aprender algo nuevo.
Bonus track
Quiero destacar una actividad extracurricular que nos obligaron a aprender cuando éramos chicos, y fue una clase llamada: Costura… para hombres. La profe que nos enseñaba, nos contó que tenía una vecina que tenía 5 hijos varones y eran más vagos que tú (porque para las mamás, a esta edad siempre tendrás algo de vago… ¿díganme si no les han dicho vago?), por ende nos quería enseñar a coser, que era algo útil.Y así estuvimos por 4 semanas, cosiendo botones, bastas de pantalón y cualquier cosa que se pudiera coser. Aprendimos la milenaria técnica de la ajuga y el hilo. Igual me sirvió, porque siempre cosía mi ropa si le pasaba algo, lo cual alegraba a mi mamá. Así que no estuvo tan mal (Y).
Super bonus track
Yo viví en Uruguay durante un tiempo y conocí un colegio que tenía una actividad extracurricular llamada “convivencia con animales”, pude asistir para ver de qué se trataba. El liceo contaba con una pequeña granja, donde habían caballos, ovejas, cerdos y otros animales, y los alumnos debían ir una vez por semana para ayudar a alimentarlos, mientras el encargado del lugar les enseñaba sobre la crianza de estos animales. Piola, ojalá existirá algo así en Chile.