Comenzar a levantarse temprano, de un día para otro, después de estar tres meses enteritos de vacaciones flojeando hasta la hora que se nos daba la gana, es una tarea bastante difícil. Para muchos, llegar a la sala de clases y tener que escuchar al profesor hablar por largos minutos, cuando aún ni siquiera logramos reponernos del súbito despertar que tuvimos por la mañana, resulta prácticamente imposible.
Pero si te suele pasar a menudo que, sin poder evitarlo, comienzas a cabecear en medio de una clase y no puedes aguantar los deseos de cerrar los ojos y dormir, no te sientas solo, ya que no eres el único que tienes que luchar a diario con esta situación: según un estudio realizado por la Asociación Española de Pediatría, uno de cada tres estudiantes tiene dificultades para mantenerse despierto durante las horas del colegio.
Esta estadística se aclaró después de que los profesores encuestados reconocieran que hasta un 12,9% de sus alumnos se dormían en sus clases y al 16,1% le cuesta mantener los ojos cerrados, según los datos entregados por el medio español, ABC.es
Este mismo estudio concluyó que la situación se debe a que "los escolares de hoy no tienen horarios fijos para acostarse y están durmiendo mucho menos horas que lo que lo hacían los jóvenes de hace 30 años". En España, por ejemplo, el 15% de los adolescentes de acuesta a la hora que “se le dé la gana”.
Otro de los factores importantes para que los jóvenes no puedan estar cien por ciento alerta en sus clases, son la innumerables distracciones que tienen en sus casas, sobre todo el Internet, que se ha masificado increíblemente en el último tiempo y que mantiene a los escolares
despiertos hasta altas horas de la madrugada.
Según kidshealth, portal que trata temas referentes a la adolescencia, el ideal de sueño para los jóvenes es de entre ocho y nueve horas diarias por noche. Esta es la cantidad necesaria, por lo menos, para cualquier escolar que quiera estar bien alerta en su clase; dar con su mejor rendimiento un examen o participar con la energía necesaria en una clase de educación física.
En Chile, es sólo cosa de darse una vueltita por la red social más concurrida de la web, Facebook, y podrán darse cuenta que no son los únicos que padecen de esta situación y que, incluso, para algunos no es terrible, por el contrario, les gusta. Si no lo crees, acá está la prueba que a más de 19 mil personas le gusta “amo dormir en clases”.
Y tú, ¿Te duermes muy seguido en clases? ¿Alguna anécdota? ¿Tienes hábitos correctos en tus horas de sueño?
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Dormirse en clases, ¡A quién no le ha pasado!
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Secundarios