Si ya es complicado pololear, imagínense hacerlo con alguien al que ves todos los días. Uno sabe que está ahí, al lado, al alcance de la mano. Puedo pasar el rato con mis amigos, reírme, dar jugo, pero ella sigue ahí, al lado, al alcance de la mano. Para algunos puede parecer una situación ideal; la veo siempre, sé con quién se junta, a quién le habla, sé al toque si le pasa algo, ¿pero es realmente sano saberlo TODO en un pololeo?
Lo pregunto porque me siento asfixiado. Llevamos casi un año de pololeo y siento que a estas alturas ya no sé si seguir sacrificando mi identidad por seguir con ella. Y me da paja porque no quiero ser el chato que le rompa el corazón sólo porque quiero conocer a otras personas. O sea, esa idea siempre está pero no es el motivo principal por lo que estoy confundido.
Siento que al ser mi compañera, la tengo demasiado encima y muchas veces no tenemos de qué hablar cuando nos juntamos fuera del colegio. Hubo un tiempo en que teníamos los mismos gustos o carreteábamos con la misma gente, pero las cosas cambian y con el pasar de los meses, siento que me acostumbré a estar con ella… Y dicen que acostumbrarse a alguien es desenamorarse.
La quiero mucho, llevamos casi un año pololeando, pero necesito mi espacio ¡No puede ser que no tengamos amigos por nuestra cuenta! Y el ejemplo más claro de todo esto es que ninguno de los dos tomó un preu pero ella ya me está conversando que nos metamos a uno juntos el próximo año. No sé, no entiendo nada, ¿qué hago, terminar o seguir intentándolo?
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Quisimos traer “El KonsuLtoriO SenTimenTaL” a Secundarios.com y darles una oportunidad para que nos envíen sus propias preguntas, confusiones o “historias de amor, pinches, romances, pololeos en el colegio, declaraciones, amores platónicos, frustrados, exitosos, etc.”
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