Andrew Almazán Anaya, de 20 años, es un chico mexicano que a los 4 ya sabía leer. A los 10 había terminado lo que en Chile sería la Educación Básica y a los 11 egresó de la secundaria. Cuando tenía 16 se estaba titulando como psicólogo y a los 20 se recibió de médico. Trigido, ¿no?
Por si fuera poco, también tiene un máster en Educación con Acentuación en Desarrollo Cognitivo y actualmente realiza un doctorado en Innovación Educativa en la Escuela de Graduados en Educación del Tecnológico de Monterrey.
Pero, ¿cómo es ser un adolescente con semejante inteligencia y un currículum que ya se lo quisiera cualquier mateo? Andrew cuenta que sus problemas partieron en Kinder. "Desde los 4 años ya sabía leer...pero tenía una profesora que me decía que todo el día repitiera la letra A. Le decía que ya la sabía y que conocía todo el alfabeto pero ella insistía. Me decía que era obligatorio. Entonces le contestaba: Muy bien, si quiere que le diga la letra A, usted debe decirme a qué velocidad viaja la luz. Si me lo responde, le repito la letra A durante todo el día. Pero la profesora se enojaba, me retaba, me decía que era un irrespetuoso y que no colaboraba con el grupo".
Para la OMS (Organización Mundial de la Salud), un superdotado es quien posee un coeficiente intelectual superior a 130. Andrew a los 14 ya tenía un CI superior a 162, y no es el único de su familia que nació con una inteligencia envidiable. Su hermana de 13, egresará dentro de poco de Psicología y la de 16 está a punto de terminar la misma carrera.
"El 50 % de la inteligencia de las personas es genética pero, si no se recibe la estimulación adecuada y a tiempo, aunque haya una cuestión genética que favorezca no van a desarrollar todas sus capacidades. La inteligencia es como un músculo: si no lo se lo ejercita, se pierde", explica.
Algunas de los características de los superdotados, según Andrew:
- "Sólo se distraen cuando se aburren, y este aburrimiento se da fácilmente en una escuela promedio, donde tiene que esperar a los demás".
- "Se interesan en conversaciones con adultos, porque se aburren con las personas de su edad y buscan otros temas"
- "Un estereotipo común en el que se suele caer es en el del pequeño genio que usa anteojos, pero la evidencia científica señala que sólo el 10% de ellos los necesita. Otro mito es el de la obesidad, ya que en estos casos la probabilidad de que la padezcan es menor porque son muy movedizos. Pero lo más importante es que estos chicos sean detectados a tiempo. De lo contrario, pueden perder más del 95% de su inteligencia antes de llegar a la adultez".