Pero todo eso lo omití cuando pasé a primero medio y el primer día de clases vi a un compañerito muy guapo en mi curso. Era alto, de pelo negro, con un argolla en una de sus orejas y tocaba la batería, le vamos a llamar “J” , era lejos uno de los chicos más guapos del colegio. En ese momento sabía que se pondría muy entretenido ese año, así que me dejé llevar. Todo el tiempo intentaba de no poner la cara de babosa cada vez que pasaba, en ese tiempo era muy perna y no sabía cómo reaccionar para no ser tan evidente al final de cuentas.
Bueno, pasaba el tiempo y más me gustaba, pero no encontraba la forma de acercarme a él hasta que un día en la clase de biología tuvimos que hacer un trabajo en parejas y por esas cosas de la vida, la profesora menciona mi apellido y el de él … y bueno, ya se lo imaginan tuvimos que trabajar juntos (risas malvadas). Muy tímidamente me acerqué a él y organizamos el trabajo, acordamos que tendría que ir a la casa de él (qué nervio).
Hubo varios días que le inventé excusas para no ir a su casa porque me daba mucha vergüenza, pero llegó el día y me comporté como una tonta, quedé en evidencia con mi inseguridad al hablar y continuaba mi cara de boba de los primeros días.
Al fin y al cabo son experiencias inolvidables, al pasar de los años uno se ríe de esos episodios más que avergonzarse. Tomen en cuenta los siguientes consejos para que no les pase lo mismo que a mi y no sean “losers”.
- - Siempre se tienen que ver seguros frente a la persona que les gusta.
- - Nunca falla ignorarlos, jamás les de toda la atención.
- - Por ultimo, si les toca hacer un trabajo con la persona que les gusta, llévenla a su territorio, así podrán moverse con facilidad, reducir el margen de error y tomar la iniciativa frente a cualquier situación.
¡Buena suerte!
Imagen CC Carola Egaña