¿Han visto la película Loca por las compras? Pues Rebecca, su protagonista, es el perfecto ejemplo de una persona consumista. Ella es una adicta a las compras que llega al extremo: le cancelan sus tarjetas de créditos y termina asistiendo a adictos a las compras anónimos.
- Si algo está en oferta eres capaz de comprarlo aunque no lo necesites. Da lo mismo lo que sea: ropa, comida, accesorios para el perro... si la oferta es buena eres capaz de decirle al vendedor: démelos todos.
- No eres capaz de ahorrar. Tus papás siempre te retan por gastarte todo el dinero que te dan tan rápido y en cosas que no son muy necesarias. Suelen pedirte que ahorres y una vez lo intentaste... pero rompiste el chanchito al día siguiente y partiste al mall. Al menos lo intentaste. Tú crees que están loco, ¿creen que la mesada alcanza para todos tus gastos?
- Un amigo verdadero es el que te acompaña a comprar. No hay mejor amigo que el que se va contigo de compras y es tan consumista como tú, corre contigo en las ofertas y gastan todo el dinero juntos.
- Comprar por Internet es tu pasatiempo favorito. Puedes pasar horas revisando tiendas online y comprando, tienes miles de listas con todas las cosas que te faltan por comprar y eres un experto en encontrar de todo. Ya le reventaste la tarjeta a tus papás y ellos no te dejan seguir comprando, pero te las arreglaste para seguir haciéndolo. Incluso has llegado a mandar tus comprar a otras direcciones para que tus papás no se enteren de que compras como loco.
- Que se te acabe la plata es el fin del mundo. ¿Cómo es posible que se te haya acabado la plata si todavía no has pasado por todas tus tiendas favoritas? Ni siquiera puedes recordar en qué te gastaste todo, si te has preocupado de comprar puras ofertas, ¿¡cómo pasó!? Y más encima tenías cosas necesarias que comprar, ahora en tu casa te matarán. Tendré que trabajar para compensarlo y comprar todo esto.
- Comprar te hace sentir feliz. Si te sientes triste o estresado, comprar es la mejor solución. Recibir boletas y bolsas te hace sentir feliz y te relaja como nada más.
- Navidad es la excusa perfecta para comprar en exceso. O sea, obvio que no es consumismo, es preocuparte por los demás. Llegas a casa con miles de bolsas y nadie te retará porque es Navidad, ¡qué época más preciosa! Además, aprovechas para darte varios regalitos a ti mismo porque los mereces después de tanto hacer compras navideñas.
- Tienes más ropa de la que necesitas u ocupas. Abres tu clóset y una avalancha cae sobre ti. Has acumulado tanta ropa que ni siquiera saber lo que tienes, y aún así sigues comprando.
- Has peleado con tal de hacer una compra. ¿La cajera no sabe sobre una oferta? Pelearás con ella hasta que la respete. ¿No quedan zapatos de tu talla? Traigan al gerente, tiene que conseguirme unos. ¿Alguien tomó un producto en oferta antes que tú? ¡Pelea, pelea, pelea!
¿Te sientes identificado con alguien? ¿Crees que eres consumista?